Actualizada el Sábado, 21 Diciembre, 2013 17:06
   
Se acaba el 2013 y con él toda una serie de eventos que de una u otra manera han marcado mi vida, pero que sin duda alguna dejaron una enseñanza que habré de aplicar por el resto de mi vida.

Se acaba el 2013 con la satisfacción de haber cumplido con casi todos mis objetivos, y los que no, sólo basta con poner una nueva fecha y trabajar en ellos.

Se acaba el 2013 y nace el 2014 con nuevas oportunidades para lograr todo aquello que queramos, que deseamos, que anhelamos, sin olvidar que el mundo no se come de una vez y que lo bueno llega sin buscarlo y cuando menos te los esperas. Lo importante es ser paciente y nunca olvidar quien eres, de donde vienes y hacia donde vas, agradeciendo a todos aquellos que te ayudaron y a todos aquellos que te perjudicaron.

Se acaba el 2013 y con él también se fueron algunos compañeros como partes de una cadena que nunca temina y en la que todos tenemos asignado nuestro eslabón.

Se acaba el 2013 ¿y qué? comienza un nuevo año, y eso es lo que verdaderamente importa.

Espero, como todos los años, vuestras feclicitaciones navideñas que nos provoquen una sonrisa y anulen los efectos de esta maldita crisis que ya dura demasiado tiempo.

No me queda mas que desearos, mis queridos juntaletras, una feliz Navidad y un próspero año nuevo lleno de bendiciones y alegrías y que todos aquellos obstáculos que se nos presenten en el futuro nos sirvan para crecer como personas.

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AÑO VII   N' 32.   21 de Diciembre de 2013

Manuel García Palacio Inserta una nueva entrada en su blog personal con el título

Ciclismo épico, el Tour de Francia y la tragedia del Mont Ventoux

Pocos ponen en duda que a veces el ciclismo es un deporte épico. Basta observar la admiración que provoca durante las etapas de montaña donde se pone a prueba la capacidad de sufrimiento.

Eddy Mercks 02. Tour de Francia 1972. Subiendo el Mont Ventoux acompañado de Luis Ocaña y Poulidor
Sin embargo, no es menos cierto que ese gran esfuerzo ha llevado en ocasiones más allá de lo permisible para la vida de un deportista.


Alfonso Cobo González

Nuestro vicepresidente de AULACOR, deja una entrada en la web de la Asociacón titulada

     Curiosidades numismáticas

Sobre unas monedas que los primero laborales tuvimos la oportunidad de usar quiero enseñar a las nuevas generaciones unas curiosidades que en ellas se reflejan.

Teniendo como fecha de emision el año 1949 y como año de acuñación el 1951 aparecen dos monedas de 50 centimos, los clasicos "dos reales" con el escudo de Castilla y un anagrama similar al que tenia el escudo de la ULC, el yugo y las flechas de los Reyes Católicos.


 
Niño Jesús Moderno

 
¡Qué susto!

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Mariano Martín Sánchez Escalonilla envía una nueva entrada para su blog:

                                     ¿En qué año nació Jesús?

En el año 2012 asistimos a un controversia que pareció nueva siendo muy vieja: la provocada por Benedicto XVI al llamar, tímidamente, a la conciencia cristiana a favor de la desaparición de la mula y el buey en el nacimiento de Jesús, porque es sabido que la inspirada e inteligente frase original del profeta Habacuc "Señor, tu te manifestarás entre dos edades" habría llegado a la versión latina traducida por la insustancial e insignificante: "Señor, tu te manifestarás entre dos animales". La sugerencia del Papa, que pretendía hacer justicia a la exactitud, levantó ampollas en las sensibilidades más solidarias a la tradición rutinaria. Podrían, no obstante, multiplicarse por mil las inexactitudes, sin que lo más importante de la religión cristiana sufriera el más mínimo descrédito que, en opinión de creyentes e incrédulos, es la doctrina y/o principios morales que predica. Es decir, el contenido y no el cascarón.


Enrique Pozón Lobato envía una nueva entrada para su blog:

158: Algunas recomendaciones para el final de la vida

         El final de la vida debe de ser la continuidad de la vida. Nuestra época ha introducido cambios importantes en la manera de vivir la muerte, que van más allá del deseo de ignorarla. Se muere de otra forma y en otros sitios. Hasta hace 40-50 años no se moría en los hospitales, pero el gran desarrollo de la medicina hospitalaria y la tecnificación de la profesión han determinado  un doble criterio sobre el lugar del tratamiento Algunos pacientes pueden estar bien asistidos en su casa y desean permanecer en ella hasta el final, pero otros necesitan cuidados técnicos o humanos que sólo un hospital u otra institución les puede proporcionar en esos momentos tan difíciles.  La muerte en el propio domicilio, con preferencia, se asocia habitualmente a un menor riesgo de pesar y  a una mayor posibilidad de despedirse de este mundo en el mismo entorno en el que se ha vivido. 

 
         

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