Actualizada el Domingo, 13 Julio, 2014 17:17
   
manuel   estevez   recio

El otro día presenciando un partido de futbol que se celebraba en Porto Alegre, me acordé de que por allí cerca tenemos a un compañero (En Florianópolis), en el Estado de Caratina, se trata de Alberto Peciña, que se jubiló en el año 2009, y que de momento se quedará a vivir allí.

Te cuento esto, porque estoy preparando una pequeña colaboración en donde la titulo “Los Jubilados”, en referencia a los compañeros de aquellos primeros tiempos. Para ello quise consultar tu maravillosa página Web y ví la cantidad de compañeros y personal docente y profesores que “se han marchado”. Pero no pude por menos, que acordarme de uno que lo he mencionado muchas veces como un compañero destacado.

Se trata de Eulalio Vázquez Yague, este compañero de Madrid, lo conocí yo por primera vez en el año octubre de 1957, fue en aquel Aula XXVIII, del Colegio Gran Capitán, en la presentación y bienvenida que nos dio el Padre Vázquez, nos dijo que el Jefe de Aula, era José Maria Iserte, un valenciano del “10” y recuerdo que nos situaron en aquellos pupitres de forma aleatoria, cayendo Eulalio, en la fila de la ventana, junto a  Jaime Pons Catalá, y a mi me pusieron un poco más tras junto a Julián Contreras. Me tocó estar más atrás pero aprendí mucho de aquellos dos compañeros, tenía yo 14 años.

Sin lugar a dudas y aunque era el primer año, aquella pareja de compañeros, Eulalio y Jaime, se distinguian totalmente del resto por su nivel y eficacia, además en el caso concreto de Eulalio, tengo que decir que era tremendamente trabajador, estudiaba y luchaba contra todo, lo que supusiera un reto. Llevaba libros que posiblemente iban a tocar temas en las lacciones que venían a posteriori.  Era un fuera de serie.

El Padre Pedraz, quedó impresionado de cómo se sabía la historia de España, el padre Justo Formentin, le tomó en consideración aparte de cómo dominaba, los casos de declinación. En matemáticas, iba por delante de la clase y no digamos en dibujo y talleres, para mi era un compañero “10”.

Era educado y muy solidario en las conversaciones. Al principio y cuando se suscitaban las primeras discusiones, recuerdo que Piñón Barberá, que era de Madrid, no hacía nada más que callarnos a los cordobeses, atosigándonos con las cosas que tenía Madrid y que logicamente no tenía Córdoba. Que si equipo de fútbol, que si el número de cines, que si el Metro, que si número de taxis, que si…..De todo, y nos teniamos que callar porque nos apabullaba. Recuerdo que una tarde y mientras estábamos en aquellas discusiones de “niños” y cuando Vázquez Martín y yo, estábamos a punto de tirar otra vez la tohalla, surgió Eulalio Vázquez, y dijo.:

“Que pena de los cordobeses que no se sientan orgullosos de lo que tienen, que pena de las personas de Madrid, o de donde sea que quiera comparar Córdoba, en función de edificios, coches, metros y las mil quinientas de cosas que puedan haber. Lo que tiene Córdoba, se lo ha dado la Historia, en época romana, visigoda y árabe, y mientras ella era un esplendor de Occidente, Madrid, era un simple erial. Ya quisieran muchas ciudades y ciudadanos, tener para si y su ciudad la Mezquita-Catedral de Córdoba.”

Aquellas palabras de Eulalio Vázquez Yague, producto de su cultura y refinamiento, nos hizo sentirnos orgullosos de ser cordobeses. Él, en un acto que le honraba aún más, nos dijo, antes de venir para Córdoba, me he comprado el libro “La Historia de Córdoba” de don Antonio Jaén Morente, y me la compró mi madre en la Cuesta de Moyano de Madrid.

En ese momento entró en el Aula, el padre Pedraz, que era el que nos daba la clase de historia, aunque era el mes de noviembre, él sin duda, había oído algo de lo que en el Aula se discutía, y entró preparado para ayudarnos.

Nada más entrar nos dijo: He podido saber de la discusión que ha tenido lugar entre compañeros de una provincia u otra de España, yo lo que os tengo que decir com doctor en Historia, que el aval de cualquier ciudad o localidad española, “Es su haber Histórico, y no el balance que los vaivenes de la vida, le hayan podido atorgar”.  Aquella expresión para muchachos de 14 años, la tuvo que explicar y el padre Pedraz, lo hizo llegando al final al Califato de Córdoba, en donde dijo:

“El clérigo Jerónimo Sánchez, ya nos habla en la Edad Media (siglo XV), de la importacia de la historia y de algunos monumentos de Córdoba, como la Mezquita-Catedral, en aquellos tiempos existía ya un catálogo de las mejores monumentos del mundo. Sin duda, decía el padre Jerónimo Sánchez, de haber conocido muchos visitantes expertos la Mezquita-Catedral de Córdoba, la hubieran situado en esa magna clasificación”.

Siempre agradeceré al padre Pedraz, por su interlocución, pero esencialmente siempre le estaré profundamente agradecido a Eulalio Vázquez Yague, que desde el rigor del conocimiento, del estudio, me enseñó a amar Córdoba. Y es verdad, en aquellos tiempos, pocas personas tenían en sus manos una Historia de Córdoba, de Jaén Morente, aunque la hubiera comprado en la Cuesta de Moyano de Madrid.

Desccanse en Paz el compañero y todo mi afecto para su familia.

Por ello quiero recordarle con estas palabras de homenaje, a este compañero, un líder indiscutible en cualquier clasificación. Me ha apenado mucho el enterarme de su muerte.

Un fuerte abrazo.

Manuel Estévez Recio.

 

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