Actualizada el Sábado, 3 Junio, 2017 22:31
   
Carta desde la esperanza (mayo 2017)

Ayer noche, domingo 21, volvimos a encontrarnos gentes de casi todas las comunidades o poblados de nuestro Bajo Lempa usuluteco.  El puro pueblo pobre reencontrándose de nuevo con su obispo mártir Oscar Arnulfo Romero en la vigilia que a partir de las seis de la tarde noche recorrió calles con altares en las casas de la comunidad cantón La Canoa Octavio Ortiz y todo lo que le siguió. No importó la lluvia suave, ni algunas dificultades técnicas en la electricidad, ni la ausencia sentida de personas recordadas allí. Jóvenes y mayores, mujeres y varones, coros y cuadros artísticos se cruzaron en una identidad en torno a unas reliquias queridas.




Rezo de una de las flores de mayo en el patio
de una vivienda de Nueva Esperanza


La celebración de la Palabra de Dios dirigida por un padre de familia y presidida, junto a él, por una mujer de la comunidad y yo como presbítero que acompañaba. Y los riquísimo tamales con café a aquellas horas de la noche ya, esfuerzo comunitario junto a toda la preparación y organización del evento. Una vigilia-peregrinación de identidad campesina en estos tiempos de roturas sociales de todo tipo, violentas incluso.

Hace pocos días celebrábamos el día de la madre salvadoreña –que aquí es el día 10 de mayo- y parece que el país se ha vuelto a la ternura y la comunicación festiva y personal. Lo cual es muy de aprovechar y de agradecer en este ambiente en que nos movemos, tenso y lleno de problemas. Al menos en ese día y por unas horas somos seres humanos integrales. A nuestra manera, en fiestas familiares, en regalitos de esto y lo otro, en felicitaciones, pero humanos y cordiales. Es llamativo la fuerza de las madres en este acontecer personal y social. Hasta es día festivo con salario pagado en toda la nación. El día del padre también existe, pero ni se le acerca en celebración.
Mientras les escribo estas líneas –pues ahora no puedo hacerlo de una sola vez como antes- me informan que han matado a otro hombre disparando sobre él, junto al bosque de Nancuchiname que está al lado del río cerca de nosotros, como a tres km al occidente. Ya son tres muertos por disparos en tiempos recientes. De ellos, sus ejecutores y circunstancias es mejor no hablar. Pero la sombra de la violencia mortal sigue sobre nosotros, todo el Bajo Lempa. Y así en otras partes de este país, de reducidas dimensiones geográficas. Aunque sin duda ha bajado al mínimo en relación a los años 2015 y 2016 por el efectivo actuar de los planes de seguridad.




Los ingenieros agroecólogos Alfredo y Alirio,
de la propia comunidad Nueva Esperanza,
que dirigen y cuidan la producción agraria
de la cooperativa.


Relacionado con la mujer madre entiendo yo que está la realización de las flores de mayo dedicadas a María, como Madre intercesora y protectora. Todos los días, en la mayoría de las comunidades o poblados de la zona, con mayor o menor participación en unos lugares u otros, se une un grupo de fieles para el rezo ampliado del rosario a María. En Nueva Esperanza son casi todas mujeres, alrededor de treinta, quienes lo llevan a cabo. Y se van rezando en las distintas casas, cada día en una diferente, a petición de la que vive allí, de manera que se van rotando y visitando unas a otras. Es un modo de encuentro, convivencia e integración efectivo, finalizando el rezo con la entrega de un pequeño refrigerio por parte de la familia invitante como signo de compartir entre todas.

Las lluvias han aparecido noche tras noche en este mes de mayo, desde los primeros días del mes. Como en los mejores tiempos climáticos lluvias de mayo a noviembre. Esto es bueno para la agricultura y ganadería, en cuyo ambiente productivo nos movemos nosotros, y resulta importante para el conjunto del país, pues se aleja la amenaza del hambre por sequía de algunos años atrás. Llevamos ya tres años agrarios así, lo cual es una bendición para la mayoría de la población pobre de este país. Así que  seguimos a la expectativa por el cambio climático generalizado, pero este año parece que no nos toca a nosotros.




Trabajos en la recogida del maíz

La cooperativa ha sobrepasado sus horizontes de producción y se ha puesto en comunicación con empresarios salvadoreños y  nicaragüenses para la venta del excedente de la semilla criolla seleccionada de maíz. El grueso de la producción lo adquiere en directo el gobierno actual de la República para repartir los llamados paquetes agrícolas a campesinos y que siembren con garantías de buenos resultados de cosecha. Son decenas de hombres y mujeres que llegan de otras comunidades también a trabajar durante la época de verano o sin lluvias, que es cuando más escasea el trabajo en el campo y en distintos lugares se pasa hasta hambre. Además siguen los otros cultivos, destacando la caña de azúcar y la ganadería, con venta de productos lácteos a empresas que llegan a recoger la leche ya tratada en parte para su  buena conservación.

No envío otras fotografías de todo esto que les indico. El tiempo de las letras, la llamada galaxia Gutenberg, todavía vive aquí en mí, conmigo. Y es que siguen solicitando las cartas desde la esperanza –relacionadas con el nombre de la comunidad  en que vivimos, Nueva Esperanza- y que escribo estos días y les envío una vez más con el mayor afecto y amistad que puedo. Sólo que sepan que por prudencia y sobrevivencia hay otros elementos vivenciales comunitarios que no trasmito.
Angel AQ

 

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