Actualizada el Domingo, 22 Octubre, 2017 17:43
   

 

VIVENCIAS DE UN LABORAL



En primer lugar quiero agradecer a todos los compañeros  el honor que me han otorgado al nombrarme ponente en este primer encuentro de AULACOR.  Me han pedido que hable sobre las vivencias de mi vida como laboral, trabajador y empresario, paso a relataros los recuerdos que a este laboral le vienen y espero que  algunos de mis coetáneos puedan rememorar los hechos al  oírme.

Mi historia comienza en agosto de 1955 cuando con 13 años me contrataron como botones de un bufete de Graduados sociales que llevaban una compañía de seguros, era el botones, secretario, portero y todo pues me tenían a mí como único empleado, como la edad legal era la de 14 años. Modificaron mi año de nacimiento y me dieron de alta en la Seguridad Social; con mi madre y dos hermanas yo era el cabeza de familia.
Dos años después surgió la convocatoria de becas para las Universidades Laborales, me la concedieron, no por ser hijo de mutualista, sino por ser yo mismo mutualista de Seguros.  En noviembre de 1957  llegué a la UN en el tren conocido familiarmente por el “carretas”, tenía 15 años.

Me incorporé al Colegio Gran Capitán, que dirigía el P. Bravo, aula 29 Oficialía Industrial, recuerdo de aquellas fechas   Pedro Flores, Joaquín González, Saturnino Hernández Garrido, Ezequiel Tena, Enrique  Desamparados, Montes de Neira y de los externos Francisco Navarro Llorente. José Luis Granados, Olmo y Arjona  el hijo del barbero.

Iniciamos nuestros primeros pasos por los Talleres prevocacionales, Ajuste. Bobinador electricista, Instalador y
                                                                                                             
Poco dotado para el deporte, era un suplicio levantarse con el frio para salir hacia los campos de deporte a las 7 de la mañana y al regreso ducharse, generalmente con agua fría, antes de partir hacia los comedores para el desayuno. A las 9 a los Talleres o a clase, así hasta la 1  que finalizaban las clases y nos preparábamos para dirigirnos a los comedores en una interminable doble fila india con las manos entrelazadas a la espalda a través de los largos pasillos.

A las 2 salíamos y una hora libre para recreo, a las 3 nuevamente a clase de 1 hora, más bien 55 minutos  hasta las 6 que llegaba la hora de la merienda, bollo con chocolate arenoso, pan de higo o dulce de membrillo.

Tiempo libre, estudio, cena, estudio, rezo y a los dormitorios a descansar en habitaciones de 6 u 8 camas.

Recuerdo de aquellos tiempos como compañeros de habitación al “boquerón”  Plaza, al manchego  Pedro Cañizares, al valenciano Mas Francés que jugaba al baloncesto, a Castro Yepes de Montoro.

Nuestro primer uniforme fue el azul clarito con rayas longitudinales, cremallera y elástico en la cintura. En la foto se ve a los tres de Jaén, medio escondido Antonio Jurado y con el fraile Juan Calero y Alfonso Cobo. Creo que es la foto más antigua que poseo en la UNI.



Los días transcurrían monótonos  con las puntas de actividad que llegaban con los exámenes mensuales. La Universidad seguía construyéndose, se puede ver por la foto de la Iglesia con los andamios en la fachada

En 1958, ya con el P. Roces como Director me llegó mi primer “cargo” en el Colegio Gran Capitán, me nombró  “Secretario”. El mérito fue que era el único alumno conocido que  sabía escribir a máquina.

La faceta de mecanógrafo me hizo ser colaborador de las revistas que se editaban y que había que escribir en papel  Cyclostic, para luego pasarlo por la máquina de tinta y sacar las copias.

Otra colaboración por la escritura estuvo en la  emisión semanal  de una quiniela que se vendía  al principio en Gran Capitán y que luego se extendió también  a Luis de Góngora.

El alma mater de esta quiniela fue  Antonio Segura Baena (después concejal en el Ayuntamiento de Málaga) y de un catalán  Francisco Sabater.

Las distintas procedencias de los laborales hicieron que quizá fuésemos pioneros en el intercambio, recuerdo cómo Enrique Desamparados, se vino en Semana Santa a Jaén y yo me fui a la fiesta de Moros y Cristianos a su pueblo Cocentaina en Alicante según se ve en las fotos

Los años de Oficialía pasaron en un plisplas y entre otras actividades, recuerdo la emisión de nuestro periódico mural SPUTNIK que contaba con la participación importantísima de un genial dibujante y caricaturista, mi paisano Juan Calero García, fallecido en plena juventud y que fue Campeón de España en los Concursos de Formación Profesional en la Rama de Instalador Electricista y como tal asistió a los Campeonatos de Europa donde,  por cierto, quedó campeón de Ajuste  Miguel Velasco Galiana.

Como actividades, el Teatro Griego con la obra “LA VENDETTA” o “IL TIRI PER LA CULATTA”,escrita por el Padre Espinel y dirigida por D. Francisco   Fernández.  La  primera actuación con un vestuario digno formando las capas con manteles del comedor según se ve en las fotos



Al año siguiente  y ya con vestuario nuevo, nos desplazamos a pueblos de la provincia como Nueva Carteya y Pozoblanco.
Entre los actores recuerdo a Teodoro Pérez de Pedro “Viana”. Ángel López Vesperinas, Ángel Gascón, Gallardo, Valentín Sevilla , Rafael Gutiérrez  y el fallecido Germán Gil.         



El verano de 1959 se estableció un campamento en la Playa de Valdelagrana del Puerto de Santa María organizado por el Departamento de Educación Física, mi primer veraneo, allí vi por primera vez el mar, ¡una playa!, aún tengo en la retina la impresión de ver aquella maravilla  surgiendo detrás de las dunas.



Como anécdota, os contaré que había muchos camaleones en los pinos y con el utillero del departamento, nuestro recordado Manolo Cruz Carrascosa, fallecido hace poco casi con 100 años, habilitamos una tienda de campaña para colocarlos, un compañero llevo uno y decía: el mío es el marrón.  Obviamente al día siguiente no sabía cuál era el suyo.

Otras actividades fueron nuestras visitas a pie al Santuario de la Virgen de la Cabeza

Dentro de la rutina diaria, nos  llegó una noticia triste cuando poco después de acostarnos se encendió la megafonía y una voz grave nos dijo: Alumnos del Gran Capitán, Ha fallecido un alumno del Colegio San Rafael, su cadáver se encuentra en la enfermería. Se han establecido turnos de vela para las distintas habitaciones. A mi habitación le tocó sobre las 4 de la madrugada con el amargo trago de que  en el tiempo de vela llegaron los padres del niño, los gritos de la madre eran desgarradores! porqué a ti, porque entre tantos te ha tocado a ti! no recuerdo exactamente la fecha pero era el primer alumno que fallecía en la UNI. Nos despertaron con el Concierto de Aranjuez del Maestro Rodrigo que desde entonces fue para mí una marcha fúnebre

Los meses y años pasaron y por fin estábamos en Junio de 1960, la emoción de recibir las notas finales. Ya éramos Oficiales Industriales con titulo y todo.

Las notas eran fundamentales para que continuásemos con la beca en un sentido u otro. Unos se fueron, otros pasaron a Maestría Industrial y unos pocos pasaban a estudiar Perito

En pleno verano recibí en mi casa una carta en la que me decían que pasaba al curso de Selectivo de Peritos.

En octubre de 1960, iniciamos el curso selectivo en Gran Capitán, Aula SB, solo cinco asignaturas, estudiar en la Uni y examinarnos en la Escuela de Peritos de Córdoba.

Es para recordar, las madrugadas para asistir a los exámenes trimestrales en la Escuela de Córdoba, éramos alumnos libres,
Nos lo jugábamos todo a esa carta trimestral y a los exámenes finales

Ya estábamos alumnos de diferentes Oficialías, amistades nuevas que duraron toda la vida, particularmente desde el principio Urbano Cruz Criado y Saturnino Hernández Garrido. En aquel curso y por los Carnavales hicimos una cabalgata.Los Jinetes del Apocalipsis. Saturnino montado en un burro disfrazado de HAMBRE por lo delgado que estaba, Urbano disfrazado de paquete Celta porque ya en aquellas fechas fumaba mucho y yo mismo disfrazado de Lata de Leche La Lechera por mi afición a cenar en la cama chupando de una lata de leche.

Para las Fallas montamos una falla en el Colegio Gran Capitán con la principal colaboración del valenciano Yserte Monterde.

El P. Roces me asignó un nuevo cargo, me hizo Bibliotecario de la hermosa biblioteca que años después se convirtió en la Residencia o Convento de las Monjas cuando abandonaron los sótanos.

De todos los paisanos, era casi el mayor. Los desplazamientos los hacíamos con billetes colectivos de RENFE, documentación que me enviaban en el mes de septiembre a mi domicilio y que yo me encargaba de gestionar en el Despacho Central. Había que ver a los padres en la estación haciendo entrega de sus niños a unos mozalbetes casi mayores, Serafín Guerrero Amezcua, Antonio Jurado Copado. Bernardo Jurado Hermoso y algunos más. De los jovencitos recuerdo a Pacheco Reyes , a Francisco  Cabello y  Máximo Martínez Román.

Cerca del final de curso, en mayo de 1961 recibimos la visita del Caudillo, la mayoría la sufrimos debido al tiempo que estuvimos formados en el Patio Central para la izada de banderas, esperábamos escuchar las palabras de Franco cuando un emocionado profesor que todos conocíais, rompió el protocolo y con sus palabras de Viva Franco. Arriba España, hizo que terminase el acto.

El curso finalizó y para el siguiente había que elegir  Eléctricos ó Mecánicos, las dos únicas especialidades que se estudiaban.

Comenzó el curso  61-62 y ya en el Colegio San Alberto,  nos encontramos con nuevos compañeros, Rafael Muñoz de Leyva, Jorge Gómez Sánchez, Antonio Baena Pérez, Antonio Mena Simón, Francisco Villar Galisteo, Saturnino, Urbano, Tena Ferrer, en fin todos los eléctricos.

Saturnino y yo nos presentamos para roperos del Colegio y nos eligieron. ¡Nos quitábamos la sabatina! y sólo teníamos trabajo  los sábados para recoger la ropa y los lunes para llevarla a lavandería.
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Llegó el curso 62-63, ya estábamos en 2º, éramos casi mayores, detrás otra generación en 1º, otra en Selectivo, parecía un engranaje perfecto.

Dentro de la organización de alumnos, trataban de aplicar una democracia “sui generis”. Decidieron nombrar Jefes de Colegio y Jefe de Universidad. Quizá porque estaba en el último curso en San Alberto, me nombraron  a mí Jefe de Universidad. La representación consistía en desfilar en el patio central con los Jefes de Colegio y los respectivos abanderados. Como abanderado de la Universidad, el P. Roces  de Gran Capitán eligió a Víctor Muñoz que por entonces era el mejor atleta del Colegio destacando en los 400 mts.

La mayor  representación como alumno Jefe de Universidad, la tuve con motivo de la visita del Ministro de Trabajo Sr. Romeo Gorría. Por la mañana fuimos un grupo de alumnos al Parador de la Arruzafa para dar la bienvenida a la esposa llevándole un ramo de flores.

A medio día se le dio una comida en la Universidad, creo que en el Paraninfo y fui a ella en representación de los alumnos con mi traje nuevo. Me sentaron al lado de un  joven dominico y entre otras cosas comimos algo muy raro que parecían uñas de serpiente y me enteré que se llamaban  PERCEBES. Pasaron muchos años hasta que volví a comerlos.
El curso seguía y en perspectiva teníamos  algo muy grande. El Servicio Militar.  El próximo verano habría que acudir a los Campamentos de IPS. Hicimos las correspondientes pruebas físicas y siendo todos aptos, llegó el momento de elegir donde hacerlas. Unos pidieron  El TALARN  en Cataluña, otros MONTELAREINA en Castilla, otros en EL ROBLEDO La Granja de San Ildefonso y la mayoría  en MONTEJAQUE  en Ronda.

A mi me tocó  La Granja y conmigo Rafael Muñoz de Leyva. Antonio Baena y Jorge Gómez.

El primer verano fuimos “malditos” como así llamaban los veteranos a los alumnos de la IPS. Para los ejercicios físicos estábamos más o menos preparados por la UNI y realmente los estudios eran asequibles, nosotros como técnicos éramos buenos  en tiro y armamento y más flojos en Reglamentos donde destacaban los de Letras. En la 5ª Compañía, 4º Batallón Tienda 9 pasamos el verano del  63. A mi lado en la Tienda una persona que estudiaba  Derecho, era bueno, muy bueno y luego sería Parlamentario del PP, uno de los Padres de nuestra Constitución, me refiero a Gabriel Cisneros Laborda.

En octubre de 1963, un cambio en las estructuras hizo que todos los eléctricos se marchasen  a estudiar a la Laboral de Tarragona, quitaron todos los cursos de Eléctricos en Córdoba y como en el último curso,  no se permitía un cambio de expedientes entre escuelas la solución que se tomó para  la primera promoción de Peritos Industriales Eléctricos  fue la de enviarnos a Córdoba y nos matricularon con carácter oficial.      

Ya no residíamos en la UNI, cuatro fuimos apuntados en el Colegio Mayor Seneca y el resto pasaron a la Residencia que los Dominicos tenían en San Agustín.

En el Colegio Mayor compartíamos una habitación cuatro personas. Rafael Muñoz de Leyva, Jorge Gómez Sánchez Antonio Baena Pérez y por ultimo un servidor,  Alfonso Cobo.





Ya éramos mayores, vivíamos solos y nos caíamos de la cama a la Escuela de Peritos. Nuestro cordón umbilical con la Uni seguía siendo que nos daban el material escolar y también nos lavaban la ropa.

Fue el curso más cómodo, dábamos clases con los profesores que nos examinarían al final, ellos nos conocían y como por lo general éramos buenos alumnos no nos iba mal con los exámenes.

Mi primera experiencia como negocio la tuve cuando en compañía del Delegado de curso nos encargamos de gestionar las tapas en piel para el Proyecto de Fin de Carrera, tratamos con la papelería que creo recordar se llamaba LUQUE. Negociamos un precio y con un pequeño margen se lo vendimos a todos los alumnos  

Acabado el curso, volvimos al Campamento de las Milicias, ya habíamos logrado ser “sargento” y esos tres meses fueron iguales que los del año anterior pero con la “sardineta” en el hombro y en la gorra.



Habíamos terminado en la Universidad y con nuestro Titulo de Perito, había que pensar como nos incorporábamos al mercado de Trabajo.
En mi caso y después de echar varios curriculum me llegó el ofrecimiento  de la Universidad Laboral para ocupar una  plaza de profesor interino de Matemáticas que acepte encantado.

Me incorporé e imaginaros mi impresión al estar trabajando en un departamento con el Sr. Sanz de Lara y, sobre todo, con el mejor profesor que había tenido D. Juan García. Mi sueldo  7.000 pts. Mensuales, aproximadamente 42 €.

Pasé a vivir en la Residencia de profesores que estaba en el edificio del Paraninfo, encima del bar. Me encontré con la ayuda de los profesores jóvenes que me acogieron estupendamente entre ellos un paisano de Jaén, Basilio Fernández Iglesias para el que yo era afectuosamente “el niño”.

En el mes de marzo hubo un Campeonato andaluz de fútbol
que se celebró en Jaén en el puente de San José, me llevaron como Delegado, ganó el equipo de la Uni y al regreso en  el autobús de Ureña, en la parada que hacíamos en el Siete Puertas de Bujalance encontré una chavala de 17 años, de Martos que estudiaba Magisterio en Córdoba y se inició una  relación, que hoy después de 48 años continúa con 4 hijos y 9  nietos.

Se acercaba el mes de mayo y tenía que cumplir las practicas de las milicias, antes de pedir prórroga solicité hacerlas en el Regimiento de Lepanto en Córdoba y me lo concedieron así que  llegada la fecha me incorporé como Alférez al citado Regimiento, compatibilizando el cuartel por la mañana y las clases por la tarde.

Llegado el momento de los exámenes finales me asignaron un puesto en el Tribunal de exámenes para Juan de Mena, esa semana la dediqué por completo a la enseñanza.

Acabado el curso, se convocaron oposiciones en la Universidad para las plazas  que estaban ocupadas por interinos; a esas oposiciones no pude presentarme pues una de las condiciones era la de haber cumplido el Servicio Militar y yo no había terminado.



A  partir de ese mes de septiembre de 1965 acabó mi vinculación con la Universidad.

Meses después me llegó el momento de incorporarme a la industria como Perito becario en Metalúrgica de Santa Ana de Linares, afamado fabricante del Land Rover. Inicié mis trabajos pasando por diversos departamentos, me eligieron para darme una especialización  que les faltaba y al cumplir el periodo de becario e incorporarme a la  plantilla, decidieron mandarme a Madrid para realizar un máster  en Soldadura,  me incorporé a los cursos que daba el Centro   Nacional de Investigaciones Metalúrgicas para Peritos e Ingenieros y durante seis meses a jornada completa estudié soldadura y practiqué en los talleres los diversos procedimientos. Nos dieron el título de Diplomado en Soldadura que para el resto de Europa equiparaban a Welding Engineer.
Curiosamente me encontré allí como Jefe de Taller del CENIM al Sr. del Toro que había sido el Jefe de los Talleres Metalúrgicos de la Universidad Laboral.

Al cabo de seis meses casi de ermitaño  en Madrid, terminé una especialización que marcó mi vida profesional pues hasta el día de hoy sigo vinculado al mundo de la Soldadura. De regreso a la fábrica  me incorporé al departamento de procesos y pasado un año me hicieron Jefe de Métodos de soldadura.
En la empresa me encontré con antiguos laborales que habían iniciado su vida laboral en Santana, entre ellos a Juan Manuel Corral que estaba en su pueblo, a Tolo Brao  que pasadas unas fechas se fue a Valladolid, a Serafín Guerrero Amezcua que marchó a Jaén a dirigir los negocios del padre y a Manuel de la Cámara, delineante que fue a Cementos Alba, la fábrica de su pueblo Torredonjimeno.

Ya estábamos en 1967 , Mary  Carmen y yo decidimos casarnos, compré un piso a la Cooperativa de empleados y preparé todo para la boda.
Invitamos al Padre Roces que amablemente aceptó y se desplazó hasta Martos para la ceremonia.  Como regalo nos trajo un rosario de cristal de roca montado por  Fray Alejandro.

Unos años de trabajo me hicieron coger experiencia y ampliar mis conocimientos profesionales, nació mi primer hijo, una niña. En el trabajo me relacioné con distintos proveedores, introduje la soldadura semiautomática en la empresa y el fabricante de las máquinas que había incorporado me ofreció un puesto de trabajo como Delegado Técnico para Andalucía.

La empresa tenía delegaciones comerciales en las diversas provincias andaluzas  y quería un técnico coordinador que asesorase a los clientes, solucionase sus problemas y obviamente que los clientes comprasen los productos de la Empresa.

La oferta me pareció interesante, era conocer un mundo de  muchas empresas y talleres y ello llevaba el traslado a Sevilla, teníamos una hija y esperábamos un segundo hijo, consideré que para ellos y su futuro era mejor vivir en una ciudad como Sevilla,  así que nos animamos y en Agosto de 1970 acepté el trabajo, dejé Linares y nos fuimos a Sevilla donde nació el hijo que esperábamos y luego dos más, vamos… dos parejitas.

Como el mundo de la laboral es muy extenso, recuerdo llegar a un gran taller de Sevilla y transitando por la nave acompañado por el dueño, se me acercó un joven que era el encargado y me preguntó. ¿Vd. es el Sr. Cobo?, le dije que sí y me preguntó:
- ¿No me conoce?.
-  Yo fui alumno suyo en el Colegio Juan de Mena

También en Sevilla y en visita a los Astilleros, encontré a Joaquín González que ocupaba un puesto de responsabilidad en esa gran empresa.

Los años como Delegado Técnico de dicha empresa me hicieron viajar por toda Andalucía y Extremadura.

Me tocó vivir la modernización de la Soldadura en España. Cuando todo se soldaba con electrodos, promocionamos la soldadura MIG-MAG a la que todos llamaban soldadura con hilo.

Con el auge de la soldadura vivimos su automatización. Volví a  colaborar con mi antigua empresa  y se  hicieron diversos automatismos para soldar los chasis que formaban el Land Rover. Allí también evolucionaron y pasaron a fabricar el Suzuki  japonés. Colaboré son ellos en la robotización  de sus cadenas de soldadura.

Pasaron los años, las empresas evolucionan y la mía fue incorporada a una multinacional con otra mentalidad. Los comerciales tomaron el poder en detrimento de los técnicos, Ya éramos  prescindibles y antes de que lo hiciesen, decidí montar mi propia empresa en 1989, tenía 47 años y sin ayuda alguna, me embarqué en el proyecto, contando con mis hijos y un local que años antes había comprado.

La labor realizada durante años atendiendo a clientes, solucionando sus problemas técnicos, reparando sus máquinas  hizo que muchos de ellos lo agradecieran pasando a contar conmigo como empresa igual  que antes lo habían hecho como empleado.

El boom de construcciones en Sevilla con motivo de la EXPO 92 hizo que surgieran muchas empresas nuevas de mediano tamaño y fue con estas con las que colaboré en mayor grado pues a las grandes ya las atendían los propios fabricantes 

Pasada la Expo y la disminución del negocio, origino que  las Empresas  fabricantes fueran a ofertar a las que veníamos atendiendo los concesionarios. Para el mismo producto daban  mejores condiciones.

Esta actitud de los fabricantes , que no sólo se daba en Sevilla si no prácticamente en todo el país, hizo que casi todos los técnicos que provenían de nuestra empresa matriz, y que también habían montado sus propio negocio en diversas regiones de España,, nos reuniésemos y tomásemos la decisión de crear una marca propia que nos definiera y que ante los clientes solo la presentásemos nosotros, así creamos una empresa, un logo y con nuestro respectivo mercado más o menos consolidado pudimos negociar con mas fabricantes, unificando compras y consiguiendo mejores precios, pues si individualmente éramos considerados buenos clientes por esos fabricantes, al ser 8 empresas las que negociaban compras conjuntas hizo que otros fabricantes de Europa y de Extremo Oriente se mostrasen dispuestos a personalizarnos el producto y así pudimos aparecer en el mercado con  Marca propia.

Éramos más competitivos y poco a poco fuimos creciendo. Una de mis mayores satisfacciones fue cuando compré a la Empresa donde había trabajado 19 años la Nave en el Polígono Industrial. Ya estaba el negocio consolidado.

Pasado el tiempo amplié las instalaciones incorporando el suministro de productos con el  almacenamiento  de gases industriales.

Los años han ido pasando, mis hijos se fueron haciendo a la empresa, también incorporé a los comerciales que habían  trabajado conmigo en los orígenes.

En mi empresa seguí trabajando y tratando de soportar la crisis que ya en 2008 se vaticinaba, hemos aguantado hasta el día de la fecha con más trabajo y menos rentabilidad.

Finalmente mi vida laboral concluyó oficialmente en mayo de 2012, después de cumplir 70 años, 57 años después de que en 1955 iniciase mi afiliación a la Seguridad Social con el impass obligado de los 7 años de estudios en la UNI.

En el año 2007 ocurrió un hecho que nos hizo volver a la juventud. Mi paisano Antonio Jurado me llamó a mediados de octubre extrañándose de que no estaba inscrito para una reunión de antiguos alumnos en la Laboral, le dije que desconocía esa circunstancia y con los datos que me dio hice una transferencia a Paco Rivera, mandé mis datos. Pasados unos días nos dimos cita en la Asamblea del cincuentenario, muchos de  los que hoy estáis aquí también vinisteis aquel día, fuimos más de 700 personas las  que deambulamos por el Paraninfo, los jardines, la escalinata de la Iglesia, la misa y las ponencias con el Padre Cándido como feliz interviniente. Después pasillo adelante fuimos a tomar unas copas en lo que fue nuestro teatro.



Como curiosidad, una fotos con los mismos personajes, en el mismo lugar –la UNI- pero separados por casi 50 años. Ahí se nos ve a Serafín Guerrero, Antonio Jurado y Alfonso Cobo.

De entre los profesores volvimos a ver a D. Juan García, al Sr. Moyano, a D. Francisco Fernández, Basilio Fernández, D. Julio García y al Padre Zabalza, tan joven como siempre.

De aquella gran reunión salió el germen de la Asociación de antiguos alumnos unidos por el cordón umbilical de la página de Juan Antonio Olmo,- laboraldecordoba.es- que tanto hizo por unirnos y a la que personalmente tengo que agradecer el haber encontrado a mis compañeros después de  47 años.

La unión con los laborales siguió y al año siguiente volvimos a la Laboral, fuimos menos

En la tercera asamblea, a la que no asistí  porque mi mujer sufrió una intervención  quirúrgica, un cúmulo de circunstancias hizo que la unión de los laborales se resquebrajase y aparecieron dos asociaciones.

Los años siguientes hubo reuniones y asambleas, por un lado nos desplazamos a Córdoba para las Cruces de Mayo, a Alcoy para las Fiestas de Moros y Cristianos, Carnavales de Cádiz , visita turística a Toledo, Asamblea en Córdoba y finalmente a Alcalá de Henares donde ocurrió la buena nueva del acuerdo de unificación de las dos asociaciones en AULACOR, organizadora de este Encuentro 2013,  después de que las dos asociaciones hayan aprobado su disolución en asambleas de  abril en Sevilla y de septiembre en Bilbao.

Después de haber cumplido 71 años, espero seguir por mucho tiempo colaborando con AULACOR, ahora como vicepresidente y en el futuro como simple asociado hasta que la Ley de Vida me diga que ya está bien de viajes.

Muchas gracias y un abrazo para todos.

Alfonso Cobo González

 
 

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