Actualizada el Lunes, 9 Noviembre, 2015 11:30
   
VÍDEO DE 1992 DE LA UNI Y COMENTARIO DE JOSÉ MARÍA CUESTA SANTAMARÍA
 
 
 
 

Hola Juan Antonio, acabo de ver el vÍdeo que grabaste en 1992. Qué buena iniciativa tuviste en tomarte la molestia de grabar esas imágenes, además en aquellos años no era tan fácil ni tan a mano como ahora. Gracias por el video, es muy interesante.

 

Precisamente en ese mismo año de 1992, unas semanas antes de tu visita, venía yo de la Expo de Sevilla en dirección a Madrid, y al pasar por Córdoba también tuve un impulso irresistible, entrar y ver todo lo que pudiese de la UNI.

Recuerdo que dejé el coche cerca y sentí un poco de temor por si alguien podía decirme que no se podía estar por allí, entonces con pasos decididos y con ademán de pasar por allí normalmente, me di un buen paseo recorriéndome las calles por el exterior de los colegios hasta llegar al final de las naves de los talleres.

Animado a ver lo más posible los lugares que tenía en mi recuerdo, enfilé por la orilla del canal y quise ir hasta el puente-acueducto pero una valla en la senda impedía el paso. Presuroso a la vuelta entré a la izquierda del Paraninfo y al observar que una puerta estaba abierta la crucé decidido. Recorrí los largos pasillos, pasando por varios vestíbulos hasta llegar al Colegio San Rafael, como tú dices en el exterior era evidente el abandono y la soledad reinaba a lo largo de los pasillos y las estancias interiores.

Nada más llegar al vestíbulo del San Rafael, al no sentirme vigilado no pude resistir la gran curiosidad de asomarme a los pisos superiores y ver las habitaciones donde hacía más de treinta años había estado dos años durmiendo. Tenía esa oportunidad y venciendo el temor de que me encontrase con algún vigilante y me llamase la atención, enfilé rápido para arriba… fue como si no hubiese pasado el tiempo, aquellas paredes, habitaciones y pasillos se encontraban como lo tenía grabado en mi memoria. Me sorprendió que en el vestíbulo del San Rafael aparte de alguna mesa había colocada una vitrina vertical con paneles donde quedaban unas pocas fotografías con retratos y escenas de cursos anteriores.

Quedaban sólo restos de lo que era evidente que había formado parte de una exposición más numerosa y completa, seguramente algún acto de despedida del curso anterior, el último, el de la clausura definitiva del colegio.

Estar allí sólo, ante ese escenario de mis recuerdos, coincidir con ese panorama, me produjo una fuerte sensación, sentí la nostalgia del recuerdo y pensando que era la última vez que podía estar en aquellos lugares que estaban exactamente igual a como yo los había conocido.

Me alejé a paso lento por el pasillo mirando varías veces hacía atrás.

 

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